Acto 3
-¡Weeee! ¡waaaa! ¡Flipa como corren mis camellos locooooo! – gritaba Gaspar en pleno galope.
-Ah, mira, ahí está la estrella. ¡Vamos! – guió Baltasar.
¡¡NINONINONINO!!
Un guardia haciendo ruidos de sirena con la boca (muy logrados) y a lomos de un burro patrullero, les dió el alto.
-Buenos días caballeros. ¿No saben que están atravesando un prado peatonal? No se puede ir tan rápido con los camellos, que luego ocurren los accidentes. Bájense y me enseñan su DNI y los papeles del camello.
Melchor, que era sin duda alguna el más diplomático de los tres, se encargó de hablar con el agente.
-Buenos días señor agente, verá, no se lo va a creer…